Por Agustina Capelino.
Este 8 de marzo, Día Internacional de la mujer trabajadora, las mujeres, lesbianas, trans y travestis paramos el mundo con la consigna “si paramos las mujeres, paramos el mundo”, esta modalidad de paro en todo el mundo se está dando desde el año pasado por la nueva revolución feminista la cual convocó a todos los cuerpos feminizados a poner un “stop” a todas las violencias y opresiones que nos atraviesan y que se está llevando nuestras vidas de forma cada vez más crueles e impunes.
Este 8 de marzo, Día Internacional de la mujer trabajadora, las mujeres, lesbianas, trans y travestis paramos el mundo con la consigna “si paramos las mujeres, paramos el mundo”, esta modalidad de paro en todo el mundo se está dando desde el año pasado por la nueva revolución feminista la cual convocó a todos los cuerpos feminizados a poner un “stop” a todas las violencias y opresiones que nos atraviesan y que se está llevando nuestras vidas de forma cada vez más crueles e impunes.
El surgimiento de esta fecha especial no tiene nada para celebrar ya que desde sus comienzos se relaciona con las desigualdades que sufrimos las mujeres que en mayor o menor medida se extienden hasta hoy. Cuando en 1908 los patrones quemaban fábricas con mujeres obreras adentro porque total eran mujeres y encima pobres, cuando las hacían trabajar más de 16 hs porque eran mano de obra barata, cuando en 2017 también un 8 de marzo cuarenta niñas guatemaltecas murieron calcinadas al ser encerradas en una habitación en un hogar de niñas por protestar por el día internacional de la mujer, asesinadas. Otra vez la historia se repetía, otra vez la injusticia y otra vez pagábamos con nuestras vidas el hecho de haber nacido mujeres.
Si bien las cosas han evolucionado para el mundo y también para nosotras en cuanto a reconocimiento de derechos humanos, el derecho al voto, al divorcio, a la educación, a poder tener patria potestad de nuestros hijos e hijas, poder manejar autos, poder participar en política (por mal que les pese) poder abortar y todo gracias a feministas que dejaron sus vidas en estas luchas ya que ningún derecho es dado sino que estos se conquistan, se ganan y de esto las mujeres sabemos y aún la seguimos remando.
Si bien el machismo es un tema cultural e histórico, la lucha de las mujeres también es histórica y por qué cuesta tanto cambiar la realidad. Capaz porque a las mujeres nos falta algo que ellos si tienen, la unión, los hombres son amigos desde la infancia, se cubren, son cómplices, pocas veces se pelean. A las mujeres se nos educa para ver a la otra como competencia y no como compañera, a nosotras nos quieren divididas, no les conviene que unamos fuerzas, no les conviene que paremos el mundo porque se quedan sin producción, porque se quedan sin sus casas limpias, sin sus tallarines con tuco a las 12 en punto del mediodía, no les sirve que las mujeres empecemos a rebelarnos contra todo lo que nos opaca y nos hace víctimas porque le guste a quien le guste ellos salen ganando con todo esto aunque sea inconscientemente.
Palmira desconoce la lucha de las mujeres...
En nuestra ciudad, si Nueva Palmira, Colonia, Uruguay, la lucha feminista no existe, se le tiene miedo, se la desconoce, se la estigmatiza, se la señala y pocas veces se la nombra con un interés real, cuando en realidad nosotras, las mujeres palmirenses tenemos muchas cuestiones en el tintero por lo que podríamos parar, salir a la calle, protestar y por qué no organizarnos para ir cambiando un poco nuestra realidad y el futuro de las generaciones venideras.
¿Qué pasa con la violencia hacia las mujeres en Nueva Palmira?
Si bien los distintos tipos de violencia están presentes en toda sociedad, lo bueno sería visibilizarlos y tratar de erradicarlos pero en la sociedad palmirense de estos temas se escucha poco, faltan espacios donde se reflexione sobre los noviazgos violentos por ejemplo, talleres sobre género y sexualidad con gente especializada en el tema y no con cualquier agente social que se preste a hablar, falta compromiso por parte de instituciones educativas que se pongan la camiseta como se dice generalmente en una verdadera educación para la igualdad, en donde se revisen hasta los programas que damos porque lamentablemente todo está lleno de machismos y es hora de mirarnos con una lupa nosotros mismos, en todos los aspectos y en todos los ámbitos para que el cambio sea profundo y real.
No hay en la zona no solo en Nueva Palmira redes de contención para mujeres víctimas de violencia, y con esto me refiero a grupos populares de mujeres que se reúnan para hablar, para conocerse, para ayudarse y formar lazos de unión, de sororidad (hermandad entre mujeres) para reconocernos sujetas políticas que atravesamos situaciones iguales o similares por el hecho de ser mujeres y lo más importante quizás, que no estamos solas en esto, que somos muchas y que juntas podemos salir adelante. estos grupos también podrían ayudar a conocer nuestros derechos, las leyes que nos respaldan a nosotras y a nuestros hijos y por qué no a conseguir alguna oferta laboral que nos haga falta para independizarnos de ese macho violento que se aprovecha de nuestra vulnerabilidad.
Oferta laboral para mujeres y trabajos precarios...
La falta de ofertas laborales en donde las mujeres tengamos igualdad de oportunidades es otro tema a tratar, en nuestra ciudad el tema laboral es complejo por los tipos de trabajos que se hacen, por los horarios que se manejan, porque muchas empresas prefieren tomar hombres porque según ellos tomar mujeres “es un clavo”, porque manifiestan lo conflictivas que somos las mujeres a la hora de trabajar (cuando ellos fomentan la competencia llevando y trayendo chismes que nos enfrentan) o porque no vaya a ser que quede embarazada y no me rinda lo suficiente; todo esto pasa por la cabeza del empresario y las mujeres pagamos los platos rotos al ni siquiera poder acceder al mercado laboral o no tener oportunidades de reintegrarnos luego de nuestra maternidad y tener que acceder a trabajos precarios con sueldos bajísimos, donde nosotras allí pasamos a formar parte de las estadísticas mundiales que indican que más del 70 % de las mujeres en el mundo somos pobres y donde somos las mujeres las que realizamos los trabajos menos pagos.
Ni hablar del trabajo que realizan las amas de casa que debería ser remunerado ya que sin ese trabajo invisibilizado este sistema no se sostiene, el mundo ha necesitado del trabajo doméstico para desarrollarse y se lo ha desprestigiado históricamente para no reconocer su verdadera importancia, sin las amas de casas o las empleadas domésticas ¿quiénes podrían salir a trabajar? ¿quiénes tendrían la comida preparada y la casa limpia? ¿quiénes han sido las que han pasado días enteros planchando camisas para que el señor las luzca en el espacio público? Espacio que él puede habitar porque a mí se me relega a la esfera privada de mi casa o la casa de mis patrones, para que no se vea todo lo que hago y lo que no se ve, no se valora.
Además ¿quién cuida de los hijos e hijas de las empleadas domésticas mientras ellas cuidan los hijos del patrón? Este no es un dato menor, con los bajos sueldos que se les paga a las empleadas domésticas se las priva de que ellas puedan proporcionar los cuidados necesarios para con sus propios hijos y ¿a quiénes se culpa? A las mujeres “ausentes” y no al patrón que le paga dos pesos por un trabajo fundamental que si no existiera no podría llevar la vida que lleva. Creo que tanto las empleadas domésticas como las amas de casas son las mujeres que más aportan y las que menos beneficios tienen y falta que ellas mismas se valoren, que ellas mismas visualicen su rol, su importancia y ellas mismas quieran crear espacios de debate o charla en donde se hablen sus problemáticas y sus posibles soluciones.
A esto se suma la poca comunicación o espacios sociales que fomenten la unión femenina también para generar ofertas de trabajo con economía feminista ya sea mediante ferias, cooperativas, grupo de costureras, de cocineras en donde la ayuda sea mutua y el beneficio también, grupos barriales, de amigas, de hermanas, de lo que sea, pero falta empatía y trabajo en conjunto sin duda.
Quiero políticas de género en Palmira
Cuando hablo de espacios sociales que ayuden a las mujeres a crecer en esta sociedad obviamente que señalo y apunto a que esto le llegue a las autoridades locales, tal vez puedan formar alguna comisión de género ya que son los que tienen mejores herramientas para que esto sea viable, pero si no lo creen importante mejor que no lo hagan para evitar manoseo de temas tan importantes; también hago alusión a mujeres independientes que sientan que esto les haría bien o les hace falta o tienen una vecina que este tipo de ideas le podría ayudarla a vivir mejor.
¿Por qué las mujeres palmirenses no podemos dar a luz en nuestra ciudad?
Este tema involucra a las mujeres en primera persona pero en si es un beneficio para toda la sociedad como lo que he venido esbozando, es el hecho de que las mujeres podamos dar a luz en nuestra ciudad, que todos los exámenes durante el embarazo lo podamos realizar en nuestra ciudad, no solo por el tema de los costos de pasajes sino porque tenemos el derecho a ser atendidas lo más rápido posible sin pasar por tantas situaciones de estrés o preocupación, no tener que viajar veinte kilómetros más lo que tengo que esperar para que me atiendan en el centro de salud para ver si todo está bien. Es una cuestión de salud pública tanto para la madre como para la criatura que viene en camino, necesitamos de espacios de cuidados y atención locales para mujeres gestantes en tiempo y forma como corresponden.
¿Y las artistas palmirenses?
Nueva Palmira es una gran cuna de poetas, de escritoras, de pintoras, de cantantes y estos aportes a la comunidad poco se valoran, y poco se valora al arte en general, y no porque no haya personas que se dediquen a él y en este caso mujeres artistas. Hace unos días en nuestra ciudad se llevó a cabo un encuentro de arte fomentado por dos mujeres artistas de nuestra ciudad y muy buenas y no se lo difunde, no se le aporta nada más que darles permiso para ir a una plaza, es triste y duele que tanto cueste reconocer la labor, la dedicación, y el coraje de estas mujeres que luchan no solo por hacer lo que les gusta sino que cargan sobre ellas la historia que ha querido borrar a las mujeres de todos los ámbitos públicos y uno de ellos es sin duda, el arte. Esto tampoco sucede con las mujeres deportistas que hoy en día están cobrando renombre por su buen desempeño, pero ¿hay un apoyo real? O es solo compartir la foto en Facebook y felicitarlas. ¿Se nos incentiva desde niñas a las mujeres para que podamos (si queremos) desarrollar una carrera futbolística o del deporte que sea? O ¿eso solo queda para los varones a ver si algún día llegan a Peñarol o nacional? Para pensar.
En Palmira las mujeres no hicimos historia...
Por último, pero no menos importante y dice mucho de la idiosincrasia de un pueblo es cuando observamos espacios públicos como plazas, calles, instituciones que no llevan nombres de mujeres. En Nueva Palmira ninguna calle tiene nombre de mujer, ninguna plaza y algunas instituciones si, a las cuales agradecemos. Ustedes dirán, bueno pero hay temas más importantes y si, puede ser, pero el hecho de que ninguna mujer de la historia uruguaya o de la historia local haya sido tenida en cuenta para ser visibilizada socialmente o políticamente o culturalmente habla mucho de nosotros como pueblo machista y conservador, y no sé si las autoridades no se lo plantearon pero que nadie hasta el momento haya alzado la voz y haya actuado de forma activa sobre esto también dice mucho de nosotros, ojalá pueda estar viva cuando en esta ciudad se comience a dar el valor que las mujeres merecimos y merecemos, ojalá se hable de mujeres en el poder, en la política palmirense, en la junta local, en el puerto, ojalá las mujeres palmirenses salgamos del letargo que tenemos porque total acá no nos han matado físicamente, y ojalá que no sea tarde.